Medea y el Goce Femenino

“Te conozco como si te hubiera parido”

“Más respeto que soy tu madre”

“Las madres siempre saben”

“Una madre se da cuenta de todo”

“Madre hay una sola”

Inalcanzable

sacrificada

anhelada

obstinada

esperada

dignificada

frustrada

subrogada

compartida

mezquina

desbordada

enloquecida

ansiada

lograda

caprichosa

vulnerada

arrebatada

obligada

instintiva

abortada

ajena

extraviada

Malentendida maternidad.

Madre no hay una sola.

Sólo una por una se puede contar.

Freud conducía hacia la maternidad el curso de la feminidad, planteando la ecuación pene, falo, niño, como compensación de la castración. En este sentido la maternidad se inscribió como un síntoma de las mujeres, un modo particular de ellas de hacer con la falta.

En la conferencia sobre la feminidad, hace referencia su valor enigmático, se interroga si el ser madre puede responder a aquello que una mujer desea. Freud nunca dejó de interrogarse por el deseo en una mujer.

Si la maternidad se presenta como solución a ese enigma, se resolvería por la vertiente del tener, en tanto coagula su posición en la completitud que implica. 

A partir de Lacan, el niño ocupa tanto el lugar del falo de la madre, como el lugar del objeto que causa su deseo, un objeto no representable, no toda imagen, no todo ideal. Metaforizó al deseo de la madre como la boca abierta del cocodrilo que puede engullir a la cría. El padre del niño como hombre, es el que puede introducir el palo en esa boca devoradora dándole una salida al niño. De allí la importancia de que cada mujer no sea toda madre. Y que su deseo se dirija a un partenaire sexuado, que no sea el niño. Para ello, debe consentir al deseo de su partenaire siendo su mujer. Así lo dice Eurípides:

Es necesario que los mortales engendren hijos

de alguna otra manera

y que no exista el género femenino.

Así, ningún mal existiría entre los hombres.

(Eurípides, Medea 573-575)

Medea es una “verdadera mujer”. Al comienzo de Medea, de Eurípides, se advierte que ella pretende satisfacer completamente a Jasón, en tanto se esmera en ser una esposa y madre perfecta. Cuando Jasón le comunica su decisión de irse con otra mujer Medea se extravía. Lacan llama a ese extravío ¨verdadera mujer¨ en tanto algo la confronta más allá de los límites del falo.

Habitamos una época en la que la maternidad ya no es un tema de mujeres.

Lo materno responde a un acto y a una cuestión de discurso. Entramado socio-histórico-político y singular en su captura lenguajera. Si partimos de lalengua materna el lenguaje se ha convertido en un modo de hacer con ello. El lenguaje se presenta como una elucubración sobre lo materno.

A partir de las fórmulas de la sexuación Lacan va a ubicar los escollos de la sexualidad humana, regulada por la función fálica, al tiempo que hay una dimensión que escapa a su regulación.

Goce fálico de un lado, goce femenino del otro.

La función fálica como operación de lenguaje, es lo que permite la entrada del goce en relación al significante. El goce femenino, goce no significantizado, es un goce que se sitúa más allá de la función fálica.

En relación a la madre, ningún matema se presenta del lado derecho de las fórmulas, no hay lo materno regido por el no-todo fálico, lo cual nos permite interrogarnos de qué modo se trata de una función que responde al significante. En esta ocasión les comparto mi interrogante en función de que lo materno pueda ser pensado de otro modo que, como función toda fálica.

Lo materno no se agota en su función significante, ni en la lógica fálica que tanto nos refugia en la justificación de un deseo sostenido.

¿Qué es un absoluto deseo?

Hay lo enigmático de la maternidad.

Si se goza del poder de dar y quitar la vida, ¿qué vía permite el falo frente a la vertiente trágica que conlleva lo materno?

Hay en lo materno mismo un vacío como respuesta. Y si madre es un significante, hay algo en él que funciona, en tanto hay una falta de inscripción que rige su lógica y su operación. En este sentido, hay en y de lo materno un vacío de respuesta por la vía del significante.

¿Alcanza con decir que una madre es aquella que se sostiene por el deseo de un padre?, ¿se trata del deseo de un hombre que haga de ella el objeto casusa?

Lacan nos dice que Medea representa a la verdadera mujer. Agregaría que Medea es verdadera en tanto que extraña o extranjera.

¿Es la locura que la confronta con ese punto de extrañeza ó, es la misma extrañeza que no encuentra su deriva por los desfiladeros de los significantes madre y esposa?

Algo extraño de sí misma se apodera de ella ante la decisión de Jasón.

Discursos políticos, sociales, médicos, religiosos y psicoanalíticos no han logrado capturar los aspectos de la maternidad.

Si amar es dar lo que no se tiene, no alcanza con extraer lo femenino de la maternidad. No alcanza con ubicar a la mujer en un más allá de lo materno, sino que hay un materno más allá de lo materno como tal.

¨La mujer no entra en función en la relación sexual sino como madre¨, dice Lacan en el Seminario XX, y continúa: ¨el goce de la mujer se apoya en un suplir ese no-toda. Para ese goce de ser no toda, es decir, que la hace en alguna parte ausente de sí misma, ausente en tanto sujeto, la mujer encontrará el tapón de ese a que será su hijo¨

 

Lo materno entre centro y ausencia:

La maternidad tiene algo de infernal, se establece en un ir y venir entre plenitud e infierno.

¿No hay entonces un modo binario en el que hemos entendido la maternidad? ¿Madre y mujer no son en verdad los resabios de una época que sostiene allí los vestigios últimos de un binarismo?

La pérdida del amor de Jasón ¿funciona para Medea como angustia de castración?

¿De qué modo podemos pensar que esa situación para ella es un embarazo que la desembaraza? ¿Qué destituye y restituye para Medea el acto del filicidio?

 (Si entendemos el rechazo que Medea sufre por parte de Jasón como aquello que la destituye como deseada) ¿La madre mata una vez que lo femenino resulta atacado y entonces sale en su defensa una verdadera mujer?

La ecuación fálica parece errarle en la cuenta que pretende saldarse dividiendo a la madre y a la mujer, como si ambas resultaran de una operatoria de división y una pudiera extraerse de la otra.

La propuesta que les traigo es interrogar lo materno a la luz del nudo entre amor, deseo y goce.

Madre es, en tanto significante, una ortopedia simbólica que arroja en lo imaginario una falta/ausencia radical. Responde esto último al carácter distintivamente enigmático de la sexualidad. Si hay un vacío un agujero que no puede abordarse por el significante, la maternidad no escapa a lo indecible como tal.

Vasto es el recorrido trazado del todo al no todo de la maternidad.

Toda madre, no toda madre, serlo o no serlo, serlo por la vertiente de tener, tener por la vertiente del ser, una madre sólo puede ser abordada una por una.

NO hay universal femenino, pues tampoco lo hay respecto de la maternidad.

¿Por qué seguimos pensando a lo femenino detrás de lo materno?

¿Por qué es lo femenino barra de La maternidad?

¿Acaso lo materno no supone una ajenidad respecto de lo materno mismo?

¿Por qué Lacan dará cuenta de una mujer verdadera a partir del felicidio que comete Medea?

Medea nos invita a revisar el paradigma de lo materno, más allá de lectura que hace Lacan.

¿Existe al menos una madre que no toda esté regida por la lógica fálica?

Si el goce femenino es aquél que escapa a la función fálica, ¿habría un goce materno que pudiera anudarse al amor y al deseo y que pueda pensarse más allá del falo?

La escritura da cuenta de que hay un goce del cada uno.

Lenguaje, palabra, discurso, se constituyen a partir de lalangue en materna?.

En la trama habita lo incierto, lo extraño, lo éxtimo.

La palabra, el lenguaje no pueden sino equivocar lo materno de lalengua. Todo decir verdadero toca esa perla real, en la medida en que lalengua se sostiene en lo materno.

En este sentido no en vano Lacan recurre a la poética como ese decir que encuentra un punto de cesación de lo que no se escribe. La poética toca la verdad.

Stephane Mallarmé (184/1898) decía que los versos remuneran el defecto de las lenguas. Fue un poeta que estableció una ruptura con el binarismo de la voz y la letra, destacando la extrañeza que habita entre sonido y el sentido.

La poética es un modo de hacer con lo materno, en la medida en que escribe un imposible. Podríamos decir que un poema le arranca lo sonoro al sentido y lo vuelve su partitura. Se escribe con la lengua lo que a la lengua le falta. Eso sería poamar

El poeta sabe tocar la lengua traza una vía donde se escribe un imposible.

Milner en El amor por la lengua plantea precisamente lo inconmensurable de la lengua materna y pone esto en relación con los desarrollos de Lacan al respecto. ¨Siempre hay algo en la lengua materna que le impide hacer número con las otras lenguas¨, en este sentido algo le impide hacer conjunto.

La particularidad de una lengua reside sólo en las series donde su unicidad se descompone.

A lalangue el lenguaje le presta los rasgos que la conducen hacia la complejidad y la pertenencia a una clase. En una palabra, debe ser Una.

-Las lenguas/ madres     no forman una clase consistente, siendo inconmensurables.

-Una lengua/ madre       no es idéntica a ella misma.

-Una lengua/ madre /     es una substancia

-Una lengua / madre      puede cesar de ser estratificada

-Una lengua/ madre /      no es isótopa

Es por una decisión de principio que ellas son descartadas y ese principio se reduce a la demanda que un cierto tipo de proposición universalizable pueda ser proferida sobre toda lengua/ madre.

lalangue impide construir una clase que la incluya.

Su figuración más directa es la lengua materna.

Basta la observación para admitir que en toda hipótesis hace falta una torsión bien fuerte para ubicar en el conjunto. Lalangue, para cualquier ser hablante, lengua materna.

El carácter distintivo que funda la inconmensurabilidad de una lengua/ madre no puede enunciarse en proposiciones lingüísticas.

Lalangue / Madre es en toda lengua el registro que la conduce al equívoco. En tanto la lengua está ligada a la operación del no todo.

Lo que vengo preguntándome hace tiempo es ¿por qué no hay del lado derecho de las fórmulas de la sexuación, un matema para lo materno, es decir un matema cuya función no esté regulada por el falo? Si lo materno podemos pensarlo más cerca de lalangue que del significante, ¿no supone esto poder pensar entonces que, en un principio, hay lo materno en tanto no todo, en tanto una y No Toda?

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